En el edificio todos los espacios son visibles, desde los tabiques que marcan la estructura hasta los sistemas mecánicos: atravesado por un largo eje principal que discurre entre los dos elementos estructurales centrales, la bodega se abre a los viñedos, creando un conjunto con el entorno natural circundante. medio ambiente. También gracias a las grandes paredes de cristal, que dejan entrar la luz y permiten admirar la campiña toscana.

Estamos en Palazzone, una aldea de San Casciano dei Bagni, en la provincia de Siena, en la nueva bodega Podernuovo de Giovanni y Paolo Bulgari, quienes decidieron en 2013 dar vida a su propio atelier du vin, una producción elegante y sostenible. instalación inmersa en el campo.

Diseñado por el estudio italo-japonés Alvisi Kirimoto & Partners, el edificio tiene una superficie total de 4.500 metros cuadrados, incluidos 115 metros cuadrados de oficinas, una tina de 475 metros cuadrados, una bodega de barricas de 415 metros cuadrados y una degustación de 86 metros. espacio. cuadrados.

“Mi visión - explica Giovanni Bulgari, CEO de Podernuovo - siempre ha sido la de una empresa capaz de conservar el entorno en el que se inserta, en lugar de explotarlo. Por eso Podernuovo a Palazzone casi desaparece en su colina ... Quería minimizar el impacto de la estructura en el medio ambiente, utilizando las tecnologías más innovadoras y los materiales más sostenibles, aplicando el mismo concepto a la producción también. Tecnología y sustentabilidad - concluyó el CEO - son los aspectos que hacen posible hoy un excelente acercamiento al producto ”.

Mientras que los espacios dedicados a la producción están parcialmente empotrados en el suelo, manteniendo constante la temperatura y la humedad, las estructuras principales, el techo verde y el sistema geotérmico contribuyen activamente a mejorar la inercia térmica de la bodega, siendo excelentes elementos de sostenibilidad ambiental.

Manni Group fue uno de los intérpretes del proyecto Podernuovo en Palazzone. Con la filial Manni Energy se encargó de la instalación de un sistema fotovoltaico capaz de producir 23.000 kWh al año, lo que permitió una reducción del CO2 emitido a la atmósfera de 12 toneladas al año.

Para cubrir toda la estructura se utilizaron 280 metros cuadrados de Isocop, el panel sándwich de poliuretano con perfil de cinco nervaduras, especialmente indicado para estructuras agrozootécnicas gracias a su alta resistencia a las cargas y gran facilidad de instalación.